Es momento de dejar de objetivizar a las mujeres en la publicidad, es el mensaje de #WomenNotObjects, campaña que empezó en noviembre del año pasado, a raíz que la ejecutiva de publicidad estadounidense Madonna Badger hiciera esta simple búsqueda en google “objectification of women”; las imágenes hablan por sí solas, mujeres “vendiendo” cualquier tipo de producto utilizando su cuerpo.

Las mujeres en la publicidad no han sido realmente bien tratadas, por decirlo de alguna manera, desde los años 60 se pueden ver anuncios machistas y sexistas en los que las mujeres son reducidas a simples alfombras.

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Podríamos decir que esas son cosas del pasado, y que los tiempos eran diferentes y que la lucha por la equidad de género y la liberación femenina aún estaba en su momento de gestación. Pero las décadas fueron pasando y el tono de la publicidad machista no cambio, en los 70 la marca de cigarros Virginia Slim también usó a la mujer para vender su producto.

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Podemos seguir con los ejemplos de marcas que desde los 80 hasta la actualidad han utilizado este tipo de imágenes y que lo único que hacen es marcar los estereotipos de género y no aportar una nueva discusión y una nueva posición desde la publicidad.

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Y sí, podríamos decir que hubo un avance, que por lo menos las mujeres dejaron de tener un rol de amas de casa en la publicidad, como en la segunda mitad del siglo XX, hasta que llegaron las publicidades de Cif a recordarles a las mujeres que ellas son las mujeres del mayordomo y que están en este mundo para lavar los platos del rey.

Y si la mujer no aparece como el ama de casa perfecta, lo que vemos en la publicidad actual son mujeres objeto, mujeres como “acompañamiento de un producto” mujeres que “saben como vender un producto” con sus dotes, belleza y lindos cuerpos.

Muchas luchas han ganado las mujeres a lo largo de la historia, pero aún falta conseguir un mundo de igualdades, en el que mujeres y hombres tengan las mismas posibilidades, que sean tratados de la misma manera y que no se objetivice en la publicidad a ninguno de los dos. Cuando eso se logre podremos decir que tenemos un mundo equitativo.

Y sin dudas, quienes trabajamos en publicidad y marketing, debemos asumir la responsabilidad de empezar a romper con los estereotipos y comunicar desde la igualdad y el respeto para construir así, una sociedad con más equidad.